La magia de los árboles

En dbambu estamos comprometidos con el medio ambiente, por eso intentamos que nuestro catálogo de productos sea lo más sostenible posible. Por esta razón, utilizamos el bambú como base en todos nuestros proyectos.

El bambú es una planta de rápido crecimiento y la que transforma más CO2. Se corta entre los 4 y 8 años dependiendo de la variedad y vuelve a sacar nuevos brotes sin necesidad de replantar, mientras que los árboles tardan muchos más años en crecer y una vez cortados, mueren y hay que volver a replantar.

En esta sección de noticias, vamos a tratar sobre la "magia de los árboles". Conoceremos toda la fuerza y serenidad que emana de ellos, celebraciones, encuentros, asambleas, bodas, entierros, fiestas, bautizos, juramentos, tratos.., y un sinfín de prácticas en las que el árbol ha oficiado como juez, testigo, sacerdote, guardián de la palabra dada, centro espiritual y social.

Conoceremos datos inéditos, rescatados de la tradición oral de lejanas comarcas allá donde la memoria aún no se ha perdido del todo. Llegaremos a entender al árbol como una entidad con la que podemos relacionarnos y vibrar a diferentes niveles.

CAPITULO I

El tiempo de los árboles

La vida solo puede medirse por la intensidad con que se vive y no por su duración. Una mariposa sólo vive unos días, pero es tal la alegría con la que despliega sus alas y la luminosidad de sus colores, que en tan breve tiempo se realiza y da lo mejor de sí misma.

El árbol, por contra, se toma su tiempo, bebe la vida en tragos cortos, la saborea solemne y pausadamente. De algún modo, los árboles están fuera del tiempo o de nuestro ritmo temporal.

Su larga y sosegada vida los hace sabios y así representan la imagen y la garantía de estabilidad para el medio. El paso de las estaciones es para el árbol una inspiración y espiración que se manifiestan con el brote primaveral, seguido de la madurez o punto álgido del ciclo y la posterior caída de las hojas.

Así se entiende fácilmente que el árbol sea el símbolo de tiempo y espacio y que los celtas lo adoptaran como inspiración para su calendario y su alfabeto.

Los árboles nos enseñan que basta con estar ahí, y justamente cuando descansamos a su sombra, después de un largo camino, nos traspasa la luz del espíritu.

En nuestra próxima noticia hablaremos sobre el abedul, un árbol que apareció en nuestro planeta hace más de 30 millones de años.